La trazabilidad de la sinuosidad,
la espuma rencorosa de los días.
La letargia esperpéntica de tumulto
la corteza abrupta, erizada de tu piel.
La compleja simplicidad
de tu simple complejismo;
la metafórica ausencia de tu presencia.
El lastre corpulento de los días
rayando el pavimento y los bordillos.
La Antígona que abrazas
con fuerza de fiera,
el exhibicionismo vulgar
del cotidiano rito
en el funesto amanecer recíproco allende nuestros sueños.
A todo eso beso,
a todo eso un beso con nísperos verdes en la boca.
Javier Sebastián Redó, de Palabras de piedra y agua
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