Rueda
la rueca
En
constante telar,
Cruje
madera,
Vuelta
a empezar.
Rueda
la rueca
en
constante telar
cruje
madera
O
se para ya.
Qué
bueno,
qué
lindo,
qué
cierto gozar
que
en la muchedumbre
mansedumbre
hay.
¡Ay!
Lo
bueno no es cierto,
la
conciencia va
perdida
en aquello
que
no recuerdas ya.
Sabiendo
las reglas
perdí
el compás
si
el cemento está alegre,
la
tierra no lo está.
Pierden
las sombras
de
la lentitud.
Que
el cielo,
qué
fuego
en
la oscuridad,
te
siga latiendo
allá
a donde vas.
Dan,
dan, dan,
Darán,
dan.
Que
dan y no oyes
y
aún más te darán.
Rueda
la rueca
prosigue
el telar,
al
lado, en su hoguera,
puedes
descansar.
El
ogro es princesa
si
el siervo dejó de protestar,
ya
no tiene árbol
que
le pueda cobijar.
¡Qué
serio!
¡Qué
cierto!
Qué
horror al pensar
que
en la muchedumbre
Mansedumbre
hay.
Dan,
dan, dan,
Darán,
dan.
Que
dan y no oyes
y
aún más nos darán.
Javier Sebastián Redó, de Cantos al silente, 1998
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