Vamos
renegociando la negociación
y
el negocio vierte aguas
con
pronóstico de empape,
y
acaudalando caudales del desangre
la
sequía acabará ahogándonos,
o
tal vez el ahogo nos deje secos.
Instigando
instintos,
sufragando
sufragios y naufragios
damos
nuestro lomo al látigo
verdugos
de nosotros mismos,
y
replanteando lo plantado,
el
plante, el trasplante, el desplante,
urraquitas
feroces
grandes
como elefantes
picotean
en nuestras manos sangrantes
las
pocas migas que nos quedan.
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