La playa.







Cantan los cantos
que un día fueron mole
en altura,
que divisaban el mar
como destino.
Alegres se ondulan
a las lamidas de las olas
y cosquillean las algas,
con sus deditos verdes,
sus panzas redondas.
Cantan con su voz erosiva
y le bailan al océano
esperando les fagocite
y les lleve a su hondo fondo,
para ahí dormir un largo sueño
en el que despertar siendo mole.


Javier Sebastián Redó, de Palabras de piedra y agua
Foto Sebas, Cal Negre,   Múrcia.





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